sábado, 28 de agosto de 2010

REALITIES Y EL USUFRUCTO MEDIÁTICO DE LA MISERIA HUMANA


ESPECIAL: TELE- FARSA COLOMBIANA.
Por: Juan Diego Perdomo Alaba

Quién no recuerda al insulso Jaider Villa, el de la primera entrega de Protagonistas de Novela. O al desentonado y fugaz Francisco, ganador de la segunda edición de Factor X. Cómo no recordar a Rolando Patarroyo, aquel mecánico bogotano corto de palabra, introvertido pero hábil ganador del primer Expedición Robinson que luego sería lo que hoy conocemos como El Desafío.

La Granja, El Aprendiz, PopStars, El Gran Hermano y decenas de programas con el rotulo que los estudiosos en medios televisivos llaman como el formato de La “TeleVerdad” o la Televisión Real. La basura falaz que hoy conocemos como los Realities.

Todo comenzó con la distopía descrita por el escritor indio George Orwel en su libro 1984. Novela que introdujo los conceptos del omnipresente y vigilante Gran Hermano. Allí el periodista proyectaba cómo en un futuro los gobiernos nos vigilarían al punto de que existieran cámaras de monitoreo en cada una de nuestras casas. Luego, influenciados en la obra de Orwel, los holandeses crean el primer reality llamado así mismo Gran Hermano, que tuvo su primera emisión a finales del año de 1999. Todo un suceso mundial que a la postre fue adaptado en más de 70 países, incluido el nuestro.

Sin embargo, en Colombia la “choricera” de realities comenzó con Expedición Robinson. Una adaptación de la gringa Survivor pero con una producción en su totalidad realizada por argentinos y emitida por Caracol TV. Más adelante llegan los sofistas de la televisión colombiana, los falaces de la pantalla chica, los que se hacen llamar “Nuestra Tele” con Protagonistas de Novela. De ahí y hasta nuestros días nos hemos deleitado con cuanto petardo ha pasado por todas estas cochinadas a excepción de algunos que con su verdadero talento han pasado invictos a tan cruel y despiadado cartel del reality.

Para mi desgracia, también sufrí de este mal de la “realitymanía”. Me presenté en dos. Factor X y el Primer Desafío realizado por allá en 2003. En Bogotá quise ser un Protagonista de novela, pero nunca pasé de la guillotina cruel del casting. Ahí fue donde incautamente descubrí la mentira que nos venden los canales al presentar sus productos como una oportunidad para la gente, para el colombiano del común, ese que sueña con salir en la televisión, contar sus historias, tener fama, conseguir algo de plata fácil y aprovechar el cuartico de hora que tenga mientras dure el momento. Ese cuento que ellos quieren descubrir tu talento y darlo a conocer es falso. La ilusión de cientos de miles de personas es hecho trizas porque lo único que quieren los productores es mostrar un tumulto exacerbado de ridículos bailando, desafinados cantando o amas de casa haciendo de Amparo Grisales, es decir de ellas mismas.

Treinta mil personas se presentaron en el país cuando Jaider Villa ganó. 18 petimetres entraron en la casa estudio. Nueve mujeres de las cuales dos fueron Chicas Águila. Otras dos tenían culo y tetas postizas y las demás eran recomendadas por Ronal Ayaso, sí el de la academia de actuación. Los otros nueve tipos, tipo Oswaldo Ríos. Yo me preguntaba: ¿Será que yo así de chiquito, flaquito (en ese entonces) con espinillas en la cara y sin chocolatinas en el abdomen tendría la esperanza de ser uno de esos 18 así fuera un Al Pacino en potencia?

Les comento que esa situación no sólo se da allí en los “Ridículos” de Novela, no, en todos los realities producidos para ¡gente como tú! (como dicen los spot televisivos) se da y en gran proporción. Es sólo un eslabón comercial para catapultar no talentos, sino mercancías bonitas para luego explotar. Sin incluir los realities de los VIP que ya sería otra variable a estudiar. Pero… ¡Claro!, antes había hablado de excepciones: Julio césar Meza. Cómo no. Esta será una buena historia para una próxima. Les contaré cómo Julito con su swing, se pudo volar los filtros de prejuicio estético que exigen los productores de estas maquinas de hacer dinero. Los Realities.

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